
Agito,
un poco,
la conciencia.
Para poner patas arriba
el final del día.
Quiero que comience aquí.
Pongo el punto
y marco la profundidad
a la que deben llegar
cada una de las nubes grises
que se zambullen
al pasar por mí
—sin ser montaña.
Se rasca la serenidad
de una costra de quietud
que he ido formando
mientras enero transcurría.
Se palpa el enfriamiento,
la tranquilidad sale expulsada
en un vómito de sosiegos grises
que me empañan de un vaho
lánguido
y vulnerable al camino.
Gema Albornoz
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Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.

Ayer no me dio tiempo a dejar un comentario en tu entrada, Gema. Lo hago hoy.
Que se vayan las nubes grises, que se vayan bien lejos. Muy buen texto.
Un abrazo y feliz fin de semana.
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La neutralidad del gris siempre me es inspiradora, Javi.
Un abrazo y gracias, como siempre.
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