
Tenía en el cajón
todo para que se abriese con él
la caja de Pandora.
Me enfrenté al recuento,
a la división por partes,
y a que mis dedos se tiñeran de olores
cacao, canela y vainilla.
Implorando que no se avivase el caos en mi nariz.
Entonces es cuando me perdí
en las fantasías donde sigue habiendo sitio
para todo lo que es dulce a mi olfato.
Un buen manojo de ramas de canela
se pone en pie para hacer sombra
bajo la que sentarme después.
A los lados están los opuestos complementarios.
Alzando sus armas sagradas
para librar una nueva guerra conmigo.
Hasta que miro arriba
dando un mordisco
y siendo consciente de que ninguna serpiente
inclinó mi balanza.
El sorbo de después
los sujeta
y los lleva para dentro.
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
Este poema tiene olor y hasta sabor! Besos, Gema.
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¿A qué sabe? Me dejas con la intriga.
Muchas gracias. ☺️🎈🎈🎈🎈🎈🎈
Un abrazo grande.
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A algo rico y dulce 🙂
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😁😘
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