
He terminado los diálogos
que se quedaron a medias.
He imaginado encuentros.
Siempre en distintos escenarios.
He resuelto el problema
al mirar dentro mío.
Desde allí se da la vuelta
y me descubre vilmente.
Dándome de bruces
con la realidad
que no es la de mi mente.
Inclino mi cabeza abajo
y miro mi pluma.
Dejo que dirija ella.
Afortunadamente.
Gema Albornoz
Esta obra de Emociones encadenadas está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.wordpress.com/.
Buena directora te has buscado, pero me temo que tras la pluma hay un corazón inmenso, el tuyo. Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja. Justo esa no es la mía, pero…es una buena directora, sí.
Un abrazo, Natalia.
Me gustaMe gusta
No hay mejor timón de una vida que algo con lo que escribir, es montar una isla dónde la gente llega y se siente identificada. Muy bonito.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, Enrique.
Es una isla, como bien dices, para muchos.
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona