Donde nacen algunas olas

Antes de que los ciruelos se vistan de borgoña, la mirada desde el balcón se alzará como recompensa. Abrirán las alas las águilas en ofrenda al sol, mientras este arde, como un candil. Entre las aguas se esparcirán las nubes, donde cualquier brisa será una futura ola nublada de razón. Llueve y no son besos.

Va(s) y viene(s)

Como un abrazo que recibes de forma inesperada. Como los silbidos de un niño cuando comprende su magia. Como un susurro al oído que te envuelve y te embriaga. Así sientes la marea cuando la brisa se aplaca. Gema Albornoz Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.