En el primer albor
A solas. Demasiados ojos moviéndose hacia un alba perezosa de agitar el día en su mano. A solas. Choca el instinto de defensa —plano y tapiado— contra la luz radiante y matinal que lo acompaña hasta el vallado. Atrincherada se encuentra toda experiencia. Se escurre por el terraplén —almizcle arenoso— síntoma rasposo de esa travesía… Leer más En el primer albor
Debe estar conectado para enviar un comentario.