
El viernes 11 de junio de 2021 se presentó, por primera vez, Cielo de hojalata, publicado en Versátiles Editorial, este mismo año, apenas un mes antes. Lo hizo dentro de un ciclo llamado Poesía en el patio, debo agradecer al Ayuntamiento de Aguilar las facilidades para hacerlo y sobre todo a Paco Toscano, bibliotecario local, que coordinaba la tarea junto con Paqui Herrador, concejala de Educación. Además, Libería Cortés con su presencia allí. Siempre la primera en apostar por mí, ¡gracias Paco! ¡Cuántas veces te lo habré dicho en estos meses! No me olvido tampoco de la Librería Lucena y Imprenta Poyato por su apoyo con la venta de libros.
Gracias a todos ellos. Todos vosotros. Cielo de hojalata se ha sentido muy arropado en sus primeros meses de vida.

Aunque si aquella tarde de junio, mientras sonaban las campanas del Soterraño, trinaban algunos pájaros y relucían las flores del patio, debo agradecer a alguien, es a mi admirado Paco Cabezas. Actualmente técnico de Cultura, pero mucho más que eso. Un gran investigador, lector y el creador de los guiones, que ponen en revolución a la provincia de Córdoba durante la celebración de la Noche de la Media Luna, entre muchos otros.
Le pedí permiso para compartir el texto, que estará acompañado de alguna foto. En el futuro espero poder subir algún fragmento de vídeo de diversos momentos.
Por ahora, espero que esto os acerque un poco más a Cielo de hojalata.
Buenas tardes a todos y todas las presentes. Como es preceptivo hay agradecer esas amables palabras de introducción al acto que ha realizado Paqui Herrador y, por supuesto, agradecer la presencia de las autoridades locales y de todos aquellos que os habéis acercado a la presentación de este primer poemario de Gema Albornoz.
Las dificultades que entraña un acto de este tipo estriban en no defraudar la confianza que la autora deposita en quien, considerando que puede estar a la altura de sus expectativas, puede servir de guía en este inicio del camino de la obra en su pueblo. En ello está el acierto de expresar y dar valor a unas palabras que buscan acercarnos de manera escueta y contundente a la importancia del trabajo y el buen hacer de la poeta.
Ciertamente estamos hablando de poesía. En Aguilar. A falta de once días de cumplirse el 19 aniversario de la ausencia del gran poeta aguilarense. Todo un orgullo para quienes saben el valor de las palabras transformadas en esencia.
Y es que la plaza, como centro neurálgico de la creación y el escenario mágico en torno al cual se desarrolla la vida de este pueblo, sigue moviendo el mecanismo de la belleza y la originalidad, aunque los aguilarenses nos obcequemos en apagar ese hervidero de filosofía vital con el velo de la dejadez.
Aguilar rezuma poesía en sus calles, en sus gentes, en su historia. No son gratuitas las moaxajas cantadas en esta villa en la etapa árabe. Ni tampoco los versos del hermoso cancionero medieval de sobra mencionado y aún más desconocido. Ni siquiera los poemas sueltos de autores diversos que plasmaron en rimas sus pensamientos a lo largo de los siglos. Ni las odas, ni las elegías que se expresan y manifiestan en reuniones y homenajes, o en esos pareados de hondo calado que encogen las ideas hasta soltarlas como un suspiro. Tampoco quedan olvidadas las canciones populares, de rimas sencillas que con sus sones repetitivos buscan airear las vivencias hasta hacernos sentirlas en primera persona.
Coplillas, villancicos, dichos rimados… todo forma parte de esa estética que, con diversas funciones, busca llegar a lo más hondo de nuestros sentimientos, con un claro afán de permanecer como enseñanza, como moraleja, como vivencia o como sentimiento.
En muchas ocasiones, de forma voluntaria, nos alejamos de la poesía por considerarla difícil de entender. Preferimos la prosa, esa manera suave de imaginarse lo que se está relatando y seguir un desarrollo secuencial en donde van sucediendo los hechos y se va descubriendo la trama a cada renglón, a cada página, o en cada capítulo.
Sin embargo, la poesía, generalmente de versos cortos, de palabras contundentes, de desarrollo gramatical complicado, de ideas dispares, de secuencia atemporal e imágenes casi oníricas, no se atiene tanto a ese esquema secuencial fácil de seguir.
No. La poesía es otra cosa.
Recuerdo que cierto poeta marcaba la diferencia, decía que, para beber un vaso de agua, la prosa describía el proceso: tengo sed, acerco la mano, cojo el vaso, lo llevo a la boca y bebo. Se me ha calmado la sed.
Sin embargo, la poesía, que bien podía describir eso mismo, lo que hace es explicar todo el proceso exponiendo la necesidad y todas las vicisitudes internas o externas para coger el vaso y hacer sentir al lector las sensaciones que provoca la satisfacción de la sed sentida y calmada. Se eleva el lenguaje hasta el extremo de que la experiencia quede marcada como si hubiera sido una experiencia propia y real.
La poesía, para que realmente sea efectiva y capture la atención del lector debe cumplir una serie de condiciones físicas y emotivas. Probablemente esa sea la cusa de rechazo que muchas personas tienen hacia ella. Pienso que hay que poner los cinco sentidos en ella, estar a gusto con la luz ambiente, silencio o sonidos melodiosos que nos acerquen a la tranquilidad, no tener prisa ni miedo a las palabras nuevas. Hay que imaginarse lo expuesto relacionándolo con experiencias propias y conocer algunas pinceladas de la poeta o del poeta que estemos leyendo… Ahí se acaba el rechazo, y se entra en un mundo de sensaciones, de relaciones y de sentimientos que nos llevan hasta la última intención de la composición poética.
De esta manera, sabremos distinguir a los poetas de los escribidores de versos, a los que expresan sensaciones frente a los mezcladores de palabras. Sabremos ver el sentimiento, la evocación y la huella emocional.
Cuando Gema Albornoz me entregó el ejemplar para conocerlo me sorprendí. Ya conocía algunos poemas suyos, sueltos, distintos, de carga emocional y rompedores respecto a los esquemas tradicionales. Había visto su forma de escribir y de implicarse, en su blog, en los artículos. Había compartido con su manifiesta emoción el orgullo que sentía cuando vio representada su obra de teatro sobre las mujeres de la Generación del 27. Conocía su intensísima curiosidad, y su entrega al mundo de la literatura, con entrevistas, asistencia a recitales y un acercamiento profundo y enriquecedor al mundo de la poesía.
Conocía sus constantes preguntas sobre el poeta aguilarense, en un acercamiento que, más allá de la admiración por su obra, se detenía en su persona, en sus detalles, en la magia de su personalidad legendaria. En sus palabras se veía su deseo de mantener viva esa llama que, como muchos, tuvimos la suerte de ver encendida y, ahora, recordada.
Esa preocupación y ese interés se plasma en su trayectoria:— Ella nace, legalmente, en Montilla, pero vive en Aguilar de la Frontera desde su nacimiento.
Es Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Córdoba.
Ha colaborado, entre otras, con las revistas Prisma a la vista o con la comunidad poética “La poesía no muerde”.
Escribe en su blog Emociones encadenadas y algunos de sus poemas han sido publicados en las revistas culturales:
En la revista Ariadna-rc (“El laberinto”, octubre 2016, número 73 y número 78, XX Aniversario Ariadna RC.com) y en LE MIAU NOIR (“El lector”, 8 febrero 2017). En la revista literaria digital El coloquio de los perros, en la revista MITAD DOBLE de Málaga (número 21, otoño 2017; número 22, otoño 2018),
En DIGO.PALABRA.TXT, literatura para generaciones pixeladas, con cinco poemas, cuya presentación introduce: “Tomo el café amargo —y solo— para que la vida me deje mejor sabor de boca”. En el NÚMERO 2 de la revista de poesía crítica Bohemia. En la sección “No es país para viejóvenes”, de la revista La Galla Ciencia y en el número 12 de La Fanzine.
Así como en la antología, editada por Liberoamérica, Liberoamericanas. 140 poetas contemporáneas o en la Antología de Poesía Viejoven. Casting de poetas sin foto, coordinada por Ana Patricia Moya y Manuel Guerrero y publicada por Versátiles editorial (2020).
Su poema “La realidad en este plano del lienzo” forma parte de la publicación Montu de Wolfgang Hunecke (wolskang munecke) en “Bild und Texte” (pizt on thex te) (Imagen y textos), una publicación en la que escriben 18 autores y que acompaña la obra el óleo sobre lienzo del artista alemán titulada “Montu”. En este precioso libro con textos y poemas, está, en la página 36, el de Gema Albornoz en dos idiomas, español y alemán.
Ha participado en El arte de la palabra, en la exposición de Guardianas del Hogar del Festival EUTOPÍA (Córdoba) y en varias ocasiones en el “Quejío” cordobés, así como en Grito de Mujer Festival Internacional de Poesía y Arte. Su primera incursión en el teatro ha sido como guionista y codirectora, en homenaje a “Las Sinsombrero”, con el teatro Las mujeres del 27. Colabora en Salto al reverso, Mundiario y en Diario Digital Luz Cultural .
Directora de la sección “La mirada de Helios” en Odisea Cultural. Actualmente, es corresponsal de Diario Córdoba.
Recientemente, ha comenzado a colaborar en el suplemento cultural, “Cuadernos del Sur” de Diario Córdoba y en el “Suplemento Cultural del Centro”, El Corredor Mediterráneo, de Argentina.
Ha obtenido el XII Premio «Saigón» de Poesía (2018) de la Asociación Cultural Naufragio.
Participante en la exposición online de Mujeres Mirando Mujeres. Las resilientes. MEMORIAS IMBORRABLES, como gestora al entrevistar a la artista visual Elvira Martos.Pero, es una trayectoria que, más allá de lo que digan las palabras, guarda otros valores que son los que realmente interesan a quienes quieren sentir la poesía de una poeta cercana como tú.
Porque Gema hace honra a su nombre: gentil, espontánea, modesta y aventurera.La curiosidad es su seña de identidad, el quiebro en las ideas, la ruptura con los pensamientos establecidos. Es la perfecta rompestereotipos, porque tiene la imaginación suficiente para revertirlos ella misma.
Sus versos son un quiebro de los cánones establecidos, una manera distinta de expresar ideas que se dan por afianzadas. Todo tiene otro sentido, otro punto de vista bajo su mirada y su escritura. Una conexión entre lo material y lo onírico en ese mundo inventado en el que la realidad se transforma para estimular nuestros sentidos.
La obra que hoy presenta, aparentemente entregada a esta apasionante aventura de las publicaciones, además de poemario es, con todas sus palabras, un libro de poesía, en mayúsculas. El término define un conjunto de poemas. Pero en este caso, para quien les habla, la palabra poemario se queda corta, puesto que es una obra que surge de un diseño conceptual tramado, un esquema visual a través de un mapa que denota, para quien se pierda en el mundo creativo de Gema, una realidad palpable que tiene un claro fin, una meta en cuyo desarrollo se vislumbra un proceso mental complejo en el que se mezcla la realidad con el sufrimiento, el recuerdo y la resignación idealizada.
Tras este Cielo de hojalata de Gema Albornoz, este maravilloso acercamiento a la poesía, se manifiesta un profundo sentimiento hacia una realidad irremediable, un proceso vital descrito con sorprendente desgarro, la frescura de unos sentimientos sometidos, dedicación, ensueño y enfrentamiento, con dulzura, a la dureza y la soledad…
Con Paco Cabezas.
Los versos, la evocación que dibuja con sus palabras, son un refugio que mantiene viva a la poeta, una manera de encarar, para sobrevivir, el desconsuelo. En sus poemas pinta un mundo de vivencias soñadas y recreadas para respirar hondo; busca, en la profunda esencia de sus recuerdos, la mirada de quien antes la había protegido: su debilidad, sus manos, sus ojos, su pelo, sus respuestas sutiles a estímulos de cariño…
Gema, para terminar esta presentación, he escogido una serie de versos, carceleros de mensajes, que me gustaría que desentrañaras con palabras, más allá del mundo que nos ofrece su lectura en el poema. Permíteme enriquecer con tus palabras, el sentimiento que te produce cuando los sacamos de su contexto literario para llevarlos al mundo real.
“Más allá de los orientavelas y rascanubes se extiende una película de aceite que flota sobre el agua”. (Ubicación)
“Cruza dos baldosas amarillas más y chasquea con los zapatos plateados”. (Recorrido de un recuerdo).
“¿Quién pondrá las preguntas a la salida?” (Bautizo)
“Después del trabajo aúllan, llenándose de plata de ley” (Trabajadores sin corazón)
“Las sillas contra la pared y mi cabeza contra el techo” (Bodegón de salón)
“En este día de bostezos ovillados pende la vida de su boca” (Este frío)
¿Por qué bajarían Artemisa, Frida, Gloria, Irena e Isabel? (Reunión)
El dolor tiñe todo lo que toca (¿Cómo espantar los cantos de la muerte?)Unas palabras hermosas que nos abren la puerta a su obra poética, pasando de lo cotidiano y personal al sentimiento universal, la mirada amplia, sobrecogedora y eterna.
Gracias Gema, por llevarnos de la mano con tu propuesta en este proceso de decantación que pintas, un depósito que cae poco a poco desde el cielo de hojalata hasta la última estación que nos dibujas en tu mapa.
Paco Cabezas me propuso este reto del que, realmente, no recuerdo las palabras exactas que utilicé, obviamente, podría contestar ahora. Curioseó en por qué estas y no otras expresiones. Llegó a preguntarse. Por hoy, os dejo con esta presentación. Pero si alguien quiere saber, que se pregunte, que me pregunte.


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