Mientras esperaba
también iba hacia ti.
La rama se agitaba
abrazando al viento
y la tierra se retorcía
en torno a su eje.
El suelo vibraba y
las nubes pasaban,
como ahora, como siempre.
Parece que no cambian.
En las casas, luces
encendidas en algunas ventanas.
En otras, alguien fuma un cigarrillo
y se despide del gusano de humo.
Y en algunas otras, el lienzo del pasado de una mujer asoma.
Parece que nada cambia
si permanece. Aguanta el latido,
igual que el paisaje, la ciudad o la antología.