He sido testigo de la vida del triste
y de cómo la tragedia se ha casado con él.
Ambos se plantaron como ovejas blancas en el altar y ninguno tuvo impulso de balar.
He asistido a ese enlace bramando para convertirme en parecido igual.
En el banquete había mucho por repartir y si alguien pudiera siempre recibiría más.
Porque la piedad y el miedo son inagotables
si se reparten entre los espectadores que,
de espaldas al sol, balitan para exorcizarse de aquejarse del mismo mal.
Gema Albornoz

Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com.

