
Desde la primera vez
que tuve el no-placer de conocerte
sabía que volveríamos a coincidir.
¿Cuánto pasó desde entonces?
Pasó tanto que pasó todo.
Todo lo que andaba por el cerebro,
con un pase de por vida,
ya estaba rígido y putrefacto.
Hasta que se apagó.
Entonces nada habría que temer
más allá.
Todo inauguró la nada.
Una nada nueva y curiosa
de ser considerada extraña
e inexistente para quienes buscan sentido
en las mejores cosas de la muerte.
Siempre que ésta tenga memoria
de los momentos, emociones y recuerdos
que fueron sus coetáneos entonces.
Me acostumbraré a pensar
—como decía Epicuro—
que la muerte no es nada.
Nada para todos.
Gema Albornoz
![]()

Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.

😦
Me gustaMe gusta
Incluso despierta un sentimiento… aunque sea el de tristeza.
Gracias por la lectura y el comentario, José Luis. 🎈🎈🎈🎈
Me gustaMe gusta