
El aire estaba cargado
de alientos cansados,
de verdades a medias,
de mentiras y tragedias.
El ánimo era sombrío.
Y su luz, la de farol tardío.
Y su afecto, el del quemado.
Y su lucha, un tratado truncado.
El aire estaba cargado
y la emoción casi tocando
a ras del parqué lacado,
por su sombra, mordisqueado .
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.wordpress.com/.

Casi se puede tocar la sensación que produce tu poema…. Las imágenes que recreas con tus palabras son casi táctiles.
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El sentido del tacto es muy importante para darle profundidad a muchos sentimientos y emociones, así que es uno de los mayores piropos que puede recibir mi poesía. 😀 😀
Mil gracias, Natalia.
Un abrazo.
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Preciosamente oxidada, Gema.
Feliz tarde … con abanicos helados
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😀 😀
Feliz tarde, Enrique.
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Este poema tiene luz, calor y textura y una pizca de sabor triste que se queda en la garganta. ¡Muy bueno, Gemis!
Un abrazo, amiga mía. 🙂
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¡Qué cosas! La idea inicial no tenía la mitad de esos ingredientes.
A veces, ese sabor también apetece.
Gracias, querida amiga.
Un abrazo fortísimo. :))
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