¿A qué huele la noche?
Roza la lavanda el agua de tu cuerpo
y se abandona en tu pecho.
Baña el primer temor de lo oscuro.
Mientras el frágil sueño envuelve
toda la paciencia del tiempo,
se pierde un instante.
Abre los ojos.
Las estrellas se mueven.
La montaña se mueve.
Se agitan la tierra y el cosmos.
¿Son tus palabras otra fragancia?
La tierra se llenará de tu luz
y arriba, tu vientre se acomoda.
Duermen la risa y el llanto sobre el barro,
fruto de tu sudor. El silencio se hundirá
en los ojos de los hijos de la noche
en una emboscada nocturna.
Y tú serás el peligro
y la tormenta.
Leer en Salto al reverso.