Cómo ver a un pájaro herido y ser uno de ellos

Enmudecí
con el pájaro que silencia
su canto
porque quiere marchar,
a pesar de tener sus alas
rotas.

Cayó al suelo,
alguien se acercó.
Hurgó, con su dedo,
su pecho henchido.
Estiró sus alas
hasta quebrarlas.

Temprano enmudecí
cuando vino la nostalgia
e hizo nido en mi hogar.

Miré a la chimenea amansando la rabia
de un dolor consecuencia de otros dedos
y unas lágrimas deseosas por verme
en el suelo.
Como aquel pájaro
herido
y con alas por quebrar.

Gema Albornoz

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4 comentarios sobre “Cómo ver a un pájaro herido y ser uno de ellos

  1. Uff, Gema, no sabes cuánto me ha transmitido con este poema… Es muy difícil de explicar, siempre me dejas sin palabras cuando te leo, pero me ha parecido maravillosa la metáfora del pájaro.
    Simplemente precioso.

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