A André Breton

La noche se disuelve

y el reloj se derrite.

Las semillas del tiempo caen con ellos

y marca el surco en la tierra.

Un collar de perlas se sostiene de un hilo

a la hora que musitan las estrellas.

Los espejos reflejan sombras y sueños olvidados,

danzan con alas de mariposa.

Una foresta de cometas se mece.

Esta habitación es un mundo de fantasía y misterio

donde los corazones laten al ritmo del universo.

Las palabras flotan libres, sin cadenas

y la noche, el reloj, las semillas, las perlas y los espejos

se disuelven en el beso eterno de tus versos.