Rutinas de pensamiento

Ayer hubo fuerte oleaje

antes del mediodía.

Quizás la luna se acercara

a pesar de desconocer su efecto

en la tierra. Mientras intento ser

paciente, me piden que clame

al cielo y manifieste a mi ángel

de la guardia mis necesidades

antes las desgracias del mundo.

Unas armas que no se cansan

de disparar. La ley del más fuerte,

del más rico, del más.

Caemos en la inercia de nuestros actos.

Mientras alguien se coloca tacones de punta fina

con ropa deportiva. Doy golpes a la nada

y aún confío en no entrar a un lebisterio

de clausura para llegar a una transverberación

como la esculpió Bernini.