La edición de Ocaña. El eterno brillo del sol de Cantillana editado por Carlos Barea y publicado en la Editorial Dos Bigotes se acerca a Córdoba esta semana, concretamente a uno de los círculos literarios más diverso como es Ostin Macho.

Se trata de una obra que profundiza en el cuarenta aniversario de su muerte, en la figura de Ocaña como artista libre y transgresor en los años 70 y 80. Este volumen coordinado por Carlos Barea nos invita a disfrutar de una mirada multidisciplinar a la vida y obra de este artista. Hablamos con Carlos Barea para acercarnos a esta obra a través de los distintos discursos y perspectivas acerca de la figura de Ocaña.
–¿Qué te lleva a organizar este retrato pluridimensional con diferentes narraciones de Ocaña?
Lo que me movió a organizar un proyecto de este tipo fue, por un lado, la admiración que me mueve hacia este artista desde hace mucho tiempo y, por otro, una clara intención de preservar y celebrar la memoria LGTBIQ+. Se cumplen ahora cuarenta años de la muerte de este artista andaluz y vi la oportunidad perfecta para ponerlo de nuevo en valor.
-Con este “testimonio vivo construido entre amigos, compañeros, admiradores y estudiosos de la obra”. ¿Cambiará la perspectiva que tenemos de Ocaña o simplemente se ampliará y extenderá?
Esta obra pretende ser el lugar al que acudir para conocer al artista. Es decir, hay mucha gente que le suena el nombre de Ocaña y saben vagamente quién fue o lo que hizo. Precisamente esta obra pretende ampliar el conocimiento a esas personas, hacerles un retrato lo más completo posible de lo que hizo y lo que supuso la figura de Ocaña para el mundo del arte, del colectivo LGTBIQ+ y para la libertad en tiempos de represión.
– ¿Cómo presentarías la obra y la labor performática de Ocaña a alguien que la desconoce?
Ocaña fue un artista que rompió con todas las categorías: las artísticas, las del género, las de las creencias religiosas, las de la clase social, incluso. Creo que su obra es una intersección de todo ello y una reinterpretación desde un punto de vista disruptivo.

– ¿Por qué razón o razones, se levantaría Ocaña de la tumba?
Ocaña se levantaría de la tumba para hacer el amor con un chico guapo. Era conocido su carácter hedonista. Él mismo decía que le encantaba hacer el amor y disfrutar. Quizá este es una de las cuestiones que mejor caracterizan a Ocaña: sus ganas de pasárselo bien.
–¿Por qué crees que sería censurado?
Pues por lo mismo. Por sus ganas de pasárselo bien. Si quería vestirse de mujer y salir a la calle, lo hacía; si quería cantarle una canción a Lorca y a las víctimas del franquismo, lo hacía; y si quería meterse en un váter a buscar sexo, también. Hay sectores sociales que no están preparados para la libertad y el disfrute y les molesta que otros sí.
– Además, de provocador, era un artista inteligente y sensible a las tradiciones. ¿Qué nos podría enseñar de Andalucía o Barcelona, hoy día?
De Andalucía nos podría enseñar sobre su folclore. Fue una persona que se preocupó especialmente de retratar, preservar y llevar allá donde fuera las tradiciones andaluzas. En una época como eran finales de los años setenta en la que denostaba tanto la cultura andaluza, él llevó una virgen hecha con papel maché a las ramblas de Barcelona.
– El mundo de las ideas, el talento artístico y político, ¿se tienen que dar la mano en un artista?
Yo creo que sí. Hay tantos artistas como personas y cada uno puede pensar lo que quiera. Yo creo que un artista tiene que transformar con su arte. Y no solo me refiero a algo profundo, a ideología política o a cuestiones superintensas. Cuando haces reír a alguien con una obra de teatro o con una película también lo estás transformando. Lo importante es que cuando una persona se acerque a la obra de un autor, sea del tipo que sea, salga siendo diferente. Aunque solo sea un poquito.
– Respecto a ser alguien adelantado a su tiempo con una clarividencia discursiva y de comportamiento alucinante, incluso comenzándose a llamar “la Pasionaria de las mariquitas”, ¿cómo participaría a día de hoy en el lenguaje inclusivo y la diversidad sexual?
Esa es una pregunta que me he hecho muchas veces. ¿Cómo sería Ocaña si siguiera entre nosotros? Él siempre luchó por su propia libertad individual y nunca fue muy amigo de colectivos o de frente de liberación, que se llamaba entonces. Así pues, yo creo que estaría involucrado con la diversidad y el lenguaje inclusivo, pero desde una posición personal. Nunca habría sido cabeza de ningún tipo de organización o institución, por muy buenos valores que defendiera.
– En su intensidad y sus excentricidades, ¿Ocaña era un artista deseado o temido?
No creo que Ocaña fuera temido. Entre otras cosas, porque creo que nunca se le llegó a tomar del todo en serio en círculos intelectuales o institucionales. Para ellos era ese mariquita que se vestía de mujer de vez en cuando y que pintaba cuadros graciosos. De hecho, le costó mucho que se le tomara un poco más en serio en la pintura. Han tenido que pasar cuarenta años para que Ocaña sea realmente valorado y, ahora sí, también deseado.
– ¿Crees que las heridas emocionales de las humillaciones sufridas en su tierra tuvieron cura?
No. Creo que el acoso siempre deja una huella en las personas que lo sufren. Se puede superar, puedes acabar incluso riéndote de ellos o restándole importancia. Pero las huellas que deja son imborrables porque, en cierta medida, te transforman como persona. Y más en su caso, que tuvo que escapar de su pueblo para poder vivir su orientación sexual en libertad.
– Se enorgullecía de esa “procesión detrás”, ¿se podría entender como un «profeta queer«?
Se podría entender, sí, pero a él no le gustaría nada ese título. Como decía, él luchaba por su individualidad, y esa individualidad acabó abriendo las puertas a muchas otras personas que vinieron detrás. Pero él no lo hizo de forma consciente. Su mera existencia fue un acto activista, pero él no lo pretendía.
– En tu opinión, ¿cuál es la mejor obra de Ocaña?
La mejor obra de Ocaña, sin duda, fue el propio Ocaña. Un personaje mediático, performer, actor, pintor, agitador social… De hecho, su figura ha trascendido inicialmente por sus intervenciones en la calle e incluso por su trágica muerte. A él siempre le hubiera gustado ser recordado por su pintura, y eso es algo que tenemos que reivindicar mucho más sobre él, pero, desde luego, el personaje de la Ocaña siempre será su mejor obra de arte.


Debe estar conectado para enviar un comentario.