Entrevista a Juan José Rodinás

Autor: Eduardo Varas

Juan José Rodinás es un poeta ecuatoriano, cuya voz, delicada y cuidada, ha sido reconocida con numerosos premios como el Premio Casa de las Américas, en 2019, con el poemario Yaraví para cantar bajo los cielos del norte, el IV Premio Internacional de Poesía Juan Rejano de Puente Genil con El uso progresivo de la debilidad, el Premio Nacional de Literatura Aurelio Espinosa Pólit, con su poemario Fantasías animadas de ayer y alrededores. Entre sus obras, Los rastros, Viaje de la mansedumbre, Barrido de campo, Cromosoma o Los páramos inversos. En esta ocasión, nos acercamos a su poesía y trayectoria a través de El Uso progresivo de la debilidad, publicado por la Editorial Pre-Textos. 

¿Cuál es realmente la “Mística de un barrio de clase media”?

A mí siempre me han interesado las tradiciones espirituales de índole budista, taoísta, pero también cristiana o sufí. Lo que sucede es que todas esas preocupaciones chocan con una realidad de mi clase media ecuatoriana, preocupada por sobrellevar el día a día y poner pan en la mesa. Entonces, en realidad se trata de cómo las condiciones materiales de la vida concreta chocan con las preocupaciones espirituales, sutiles. 

En tu semana transcurre la rutina y los recuerdos o imágenes futuras. ¿Dónde queda la poesía?

La poesía potencialmente lo atraviesa todo. Incluso lo más prosaico o ridículo. La mirada es la que encuentra. 

Tus fotografías de un libro que compraste usado, ¿son bocetos versados?

A mí siempre me apasionaron las artes visuales, incluido el cine y la pintura. Así que más bien es un apasionado ejercicio de recreación y reinvención de cuadros o instalaciones que llegaron a mí como láminas en libros nuevos o usados. Por otro lado, la idea del libro de segundo o tercer uso me hace pensar en lo insólito que puede ser nuestra manera de conocer el mundo, de cómo viajan los recuerdos, las historias, sobre la magia del caos que atraviesa todo.

En tu opinión, ¿cuál es la relación del arte y la poesía?

El arte y la poesía son conceptos que, en rigor, podrías aplicar a cualquier cosa. La poesía de una jugada de fútbol o el arte de un guiso de pollo parecen expresiones sensatas en un contexto cotidiano. Sin embargo, la poesía, como género literario, es la escritura de no contar, de resistirse a contar, para, en contraparte, ejercer una condensación simbólica, sonora del lenguaje. El arte del poema está en la peculiaridad de ese “shock” lingüístico. Hay, desde luego, poesía que cuenta (como buena parte de la poesía inglesa, mi favorita en estos últimos años), pero incluso ella busca cohesionar una experiencia alegórica o conceptual distinta a la que se experimenta al leer un cuento o una novela.  

¿Quién podría beber aquella leche de los jazmines inexplicables?

Es una metáfora cuyo sentido, ciertamente no premeditado, es místico. La posibilidad de una experiencia de sobrenaturaleza está a la mano de cualquier criatura atenta. 

¿Por qué la “belleza es un animal oscuro”?

Por la desmesura de ver algo cuyo sentido pleno no alcanzas nunca a descifrar del todo.

Los títulos de tus poemas, ¿juegan un papel fundamental en la comprensión del mismo o son un verso más?

Tienen un papel fundamental. O al menos así que me gustaría que fuera.

¿Por qué es importante escribir desde dentro de la muerte o sobre infancias rotas?

La niñez es muy importante para mí porque en ese contexto la vida se aprecia como un fenómeno absoluto, plenipotenciario, ilimitado. Lo que mejor que he escrito ha nacido de allí. La muerte, por otro lado, es el fin de todo (o por lo menos de lo que la razón es capaz de comprender). Ambos aspectos son esenciales para comprender la naturaleza de nuestro paso por este lado de la realidad.

-Hago mía tu pregunta, ¿llegarán juntas la belleza más pura y la destrucción total?

Puede que sí. Quizás es apocalíptica la correlación, pero puede que sí.

En torno, ¿a qué giran los poetas?

A todo lo que tenga algún tipo de esplendor para quien escribe. Es decir, potencialmente a cualquier. La vida, el corazón, la cultura, la mente modelan la experiencia de lo que nos conmueve.

¿Sobre qué tratarán los versos y el poema que jamás escribirás?

Sobre ese futuro donde ya no estaré.