¿Qué te saca del templo?
¿Acaso eres el talismán?
¿Acaso sabes cómo untar el remedio
al asir las manos?
Te veo en un rezo al que no llegan
mis ojos.
Te escucho en un ruego que no llega
a mis oídos.
Se cae una lágrima y el ruiseñor
bebe de tu boca y celebra la lluvia.
Y con ella te haces escudo en la fuente.
Y de la fuente beben con las mismas manos
que alivias.
Gema Albornoz

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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com.


Gema, quisiera ser ruiseñor para beber de esa lágrima tan hermosamente caída. Saludos.
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Saludos. 🙂
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