«He bajado un poco inquieto,
a mi cuarto de juguetes,
he mirado en mi cajón
y lo he cogido corriendo.
Todas las piezas revueltas,
aquello era un desastre
he contado a mis muñecos
y a todas sus manos sueltas.
Por un momento,
me he quedado muy parado
en mi silla de pensar,
me he quedado hecho trizas
y hasta quería gritar.
Me observan desde la otra punta,
con cara de Bob Esponja,
me levanto como loco,
volcando, en la mesa, el cajón,
el cajón de mis cosas, diosas.
Le voy devolviendo la vida
al pirata, al marinero,
al gañán y al usurero.
Le voy devolviendo el lugar
al soldado, al cocinero,
al deportista y al banquero.
Le voy devolviendo el mando
al policía, al fontanero,
al maestro y al enfermero.
Le voy devolviendo el talento
al robot, al ingeniero,
al astronauta y al latonero.
Le voy devolviendo las ganas
al político, al panadero,
al soñador y al granjero.
Le voy devolviendo el tacto
al doctor, al farero,
al diseñador y al zapatero.
Le voy devolviendo las notas
al músico, al reportero
al estudiante y al arquitecto.
Al rey y a cualquier raza.
Animales diferentes.
También, diferentes plantas.
Y no sólo clicks,
También, sus clacks,
que si me apuras,
más vida dan.
Jugué un poco,
reutilizando,
lo que tenía,
me había quedado,
de bicolor,
a coloreado.
Jugué un poco,
modificando
y mejorando,
lo que tenía,
me habían dejado.»
OJALÁ
Gema Albornoz
P.D.: Me enviaron las fotos y además de que me impactaron muchísimo, tengo el reto de superar la idea que esa persona se hizo al hacer la foto, al vivir ese momento.
Muy difícil, pero…
¡Acepté el reto!
Espero que esté a la altura aunque Bob Esponja no sea tu animación infantil favorita. Lo intenté, al menos. 😉
¡Un saludo!
Gema




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