Una silueta fácilmente reconocible,
a mis ojos.
Y muy común a los sentidos
de aquellos otros,
que pasearon por recovecos, de rincón a rincón,
en cualquier estación; si no recuerdan tu olor,
recuerdan el reflejo, en la campiña, de la luz,
los colores, de tus campos; en el recuerdo, inalterables.
Algunos dicen que no te ven
con las mismas atenciones
que te voy prestando yo,
descubro nuevos escondrijos;
y los resalto en detalle
lo que parece tan simple
a veces, es lo que consigue el remate.
Ese lugar que día tras día
que va atestiguando tus pasos;
que damos con gran esfuerzo
cuando vamos cuesta arriba…
que se hacen tan leves…
cuando vamos cuesta abajo.
Gema Albornoz



Debe estar conectado para enviar un comentario.