Los mandos han olvidado cómo acurrucarse sobre el cristal de la mesa.
Viven su romance de cuadros y botones con mano izquierda
y una nueva protección transparente
y adhesiva.
Antes, apoyaban sus cabezas,
una contra la otra o se rozaban
sutilmente, acariciándose el perfil.
Ahora, mientras uno aprende sobre
la superficie, el otro, se mantiene frente al aire acondicionado.
Hace un uso fantástico de su energía
hasta caer de pie, cómodamente,
en el organizador de mandos a distancia, que unió sus dispositivos
por primera vez.
Muy interesante el tema de los mandos
Me gustaLe gusta a 2 personas
Eso me pareció, Viky.
Me gustaMe gusta