Una paloma
se impulsó desde mis manos
para lanzarse
en su primer vuelo.
No volvió,
ni me trajo nada.
Ni siquiera una rama.
En mi puerta siempre se posaba
un cuervo negro como el carbón.
Azabache cuando revoloteaba
martilleando mi cabeza
al ritmo de su batir de alas.
Acunaba la crianza
de cada añoranza enmarcada
—cada entrada y cada salida—
a ninguna parte,
a alguna parte,
a cualquier parte.
Aquí estuvo,
desde el principio:
blanco o negro,
era él
—fuerte o grácil.
Aquí estuvo,
siendo anhelo o testigo
—de antojos lúgubres.
Aquí estuvo,
desde el principio
grajeando:
«cras, cras, cras».
Gema Albornoz
Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
Terrible cuervo negro que toma muchos nombres, pero que siempre nos machacha con su cras, cras, cras interminable.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No me pareció tan terrible, primero fue paloma y se volvió cuervo. Ese «cras, cras, cras» es un «mañana, mañana, mañana» que repetimos más de la cuenta…
Muchos besos, Nona. ☺️🎈🎈🎈🎈🎈🎈
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mi lectura, entonces, fue diferente. Quizá es que hoy amanecí un tanto gris 😉
Me gustaMe gusta
Nona, el poema es vuestro, cuando lo leéis. 😉
El día está un tanto gris, también por aquí ando así. Jajaja.
Puedo querer decir una cosa, pero hay tantas interpretaciones como voces lean el poema ¿no crees?
Mil besos más.
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙂 Sin duda. Cada lector dialoga con el texto a su manera.
¡Feliz día, Gema!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Feliz día, Nona. 😁🎈🎈🎈🎈🎈
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona