Al otro lado del balcón

Lunch time, on the rainy beach. Foto: Esther FR.Todos los derechos reservados.
Lunch time, on the rainy beach. Foto: Esther FR.Todos los derechos reservados.

Ha vuelto a venir
y se ha acercado a la orilla.
He seguido tomando mi café
mientras de un lado a otro la recorría.
Ha andado hacia el mar
con los pies descalzos.
¿Estará el agua tan fría
como su corazón
cuando la miraba
y no me sonreía?
He seguido tomando mi café
se me ha enfriado de nuevo.
Me he cambiado de mesa
y he llamado al camarero.
Le he pedido otro nuevo.
Me lo ha traído en seguida.
Lo he asido y lo he tocado.
Me ha traspasado el calor
que había perdido mirando
al otro lado de ese balcón.

Gema Albornoz

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13 comentarios sobre “Al otro lado del balcón

  1. Mientras te leía, me ha venido a la mente «Déjeuner du matin», un poema de Jacques Prévert en el que el café y la indiferencia también se mezclan…

    Il a mis le café
    Dans la tasse
    Il a mis le lait
    Dans la tasse de café
    Il a mis le sucre
    Dans le café au lait
    Avec la petite cuiller
    Il a tourné
    Il a bu le café au lait
    Et il a reposé la tasse
    Sans me parler
    Il a allumé
    Une cigarette
    Il a fait des ronds
    Avec la fumée
    Il a mis les cendres
    Dans le cendrier
    Sans me parler
    Sans me regarder
    Il s’est levé
    Il a mis
    Son chapeau sur sa tête
    Il a mis
    Son manteau de pluie
    Parce qu’il pleuvait
    Et il est parti
    Sous la pluie
    Sans une parole
    Sans me regarder
    Et moi j’ai pris
    Ma tête dans ma main
    Et j’ai pleuré.

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      1. Si lo lees despacio y en voz alta lo entenderás todo. Al fin y al cabo ambas lenguas son hermanas. Tienes mucho ganado porque sabes que sale un café y una decepción 😉
        Te prometo que el esfuerzo vale la pena, porque en castellano la música no suena igual 🙂

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      2. Jajaja. Lo he hecho y tienes razón. Es que mi oído es algo quisquilloso, cosas de «filóloga inglesa refunfuñona». Y justo creo que me citaron el mismo poema. Aunque me tengo que asegurar, claro. Estoy casi, casi totalmente segura que fue ese. Y el poema si no recuerdo mal era otro de una escena de una cafetería. (Si lo encuentro te lo muestro porque quizás te recuerde aún más)
        😉

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      3. ¡Lo encontré! Algo difícil ya que el comentario me lo hicieron en Google+ pero… Voy a tener que leerlo. Ya que dos coincidencias así…no sé, no sé…
        Te cito palabras textuales y te dejo el enlace a la entrada:
        «Gema, muy bueno. me gusta el lenguaje así, como sin maquillaje, buscar la pura connotación… porque la detonación la va dando el tejido, el envés de las palabras.

        me recuerda, lejanamente, a Prevert…. il a mis le café dans la tasse

        ¡Salud!»

        https://emocionesencadenadas.com/2014/08/20/un-cafe-aqui/
        Un abrazo

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      4. 🙂 Pues ya ves, tienes ese aire lento y melancólico de las letras del poeta francés. ¡Al menos en este poema! 😉
        Esta pequeña conversación,además, me ha servido para saber que estás en Google+
        ¡Feliz sábado, Gema!

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