Abrí mis ojos
a un sueño primitivo.
Abundancia de espigas
en subsistencia
gracias a su gobernador.
Del sueño y de mi realidad.
Abrí mis ojos
y no quedaba nada del ego,
ni del eco de la noche,
ni de la oscuridad.
Quedaba el baile lento
de las espigas y la amapola
con cada vaivén al palpitar.
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.wordpress.com/.
Gema, las espigas y las amapolas forman parte del suelo vital de mi infancia. Así que este poema lo he hecho mío, con tu permiso 😉
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Para eso están los poemas, para hacerlos tuyos, nuestros y de todos, ¿no? En ese caso, un placer. 😀 😀
Un abrazo, Natalia.
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Y no seas tan brujilla….que sí había mucho más tras mis palabras…
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…
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Me refiero a mi´última entrada….
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Ya…aún no se me ha olvidado. 😛
Has hecho que se me quede «clavá»
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Pero confía en mí…..es toda una declaración de intenciones positiva.
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Te he contestado…pero no me sale como enviado…no sé si te ha llegado.
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Ok. 🙂
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Precioso.
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Muchísimas gracias, Silvia.
Bienvenida. 😀
Un saludo.
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Muchas gracias Gema, feliz domingo. besos.
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Qué bonito, Gema.
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Eso es suficiente ¿verdad?
A veces pienso…será la imagen. Jajaja.
Un abrazo.
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La imagen es muy bonita pero valdría mucho menos sin el texto que la acompaña 🙂
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Qué bonito. (Te copio) 😉
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