Te guían y te engañan.
Cuanto más pequeña,
más, a los grandes, te atan.
Te ponen para muestra
una guía de hierro.
Dicen que no hará daño.
Dicen que ella soporta
toda tu presión de torsión.
En ese objeto queda,
te liberas de ella.
Tú callas y continúas.
Creciendo como te place,
como te vienes estirando,
como, de adentro, te sale.
Mientras ellos te vetan.
Ahora con un trozo de madera.
Separándote, orientándote.
Te indican, te adiestran.
Hasta que tus raíces
necesitan más.
Rebeldes. Voraces.
Más agua, más minerales.
Más conexión. Más.
Mucho más. Salvajemente vitales.
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.wordpress.com/.
No hay tutores que valgan para sujetar la fuerza de la vida. «Salvajamente vitales», tiene mucha fuerza este poema, crece libre.
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Me dejas sin palabras, gracias por este comentario y su rotundidad. ^^
Un abrazo, Eva.
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Precioso Gema, una forma muy bonita de expresar que somos marionetas dirigidas por un prestidigitador, el cual nos da la forma y moldea a su antojo, como si fuéramos meros bonsais en manos de un maestro japones. 🙂
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Como dices, somos maleables, pero también podemos dejar que lo que esté dentro de nosotros salga fuera y muchas veces, de formas que nadie espera.
Un abrazo, Antonio. Muchas gracias. 😀 😀
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«Hasta que tus raíces necesitan más.»
Un abrazo Gema
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Hasta entonces. 🙂 😀
Un abrazo, Enrique.
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Eres una valiente, Gema. El mundo de la poesía es inmenso.
Leo tu poema y me quedo reflexionando hasta llegar a la contradicción. No queremos ser vulnerables, pero no nos atrevemos a ser salvajes….vaya.
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No me saques los colores, Natalia. Estamos rodeados de todo tipo de valientes. \o/
😀 😀
El mundo de la poesía es tan inmenso, que poder impactar, generar reflexiones o hacer dudar a alguien es como un hechizo mágico. Sin más humo que la confusión de los versos, sin más pócima que las palabras adecuadas, sin más intención que derramar la poción en los demás. 😉
Un abrazo.
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